viernes, 14 de febrero de 2014

Capítulo 4: Sorpresa estilo Antiguo Egipto

Ahmad y José habían salido hacia los trigales.
Yadira y su abuela se quedaron cuidando de Perla que estaba a punto de dar a luz a gemelos y este hecho era muy insólito, sin embargo estaban muy contentos.
Mientras la vigilaban, ellas estaban hablando sobre la vida en la finca y en el pueblo.
-Lo que yo digo, nieta, es que deberías haberme hablado de ese joven ya que hay una relación tan estrecha entre vosotros, con más motivo si pensabas traerlo aquí.
-Primero me tienes que explicar que entiendes tu por estrecha, y segundo, lo que quería hacer trayéndome a José es que vieses que había alguien que me cuidaba igual de bien que tú.
-Lo que entiendo es que estas saliendo con él y no se lo habías dicho a tu abuela. - ¡Qué! José y yo no estamos saliendo abuela, es solo mi mejor amigo.
-Bueno, lo siento nieta, es que viene con vosotros de improviso y te llevas tan bien con él, ¿qué quieres que piense tu abuela?- preguntó ella con tono apagado.
-Vale, ya está abuela, han nacido sanísimos. Son un potro y una potranca,¿puedo ponerles nombre? porfi.- dijo Yadira cambiando de tema.
-Claro mi sol, ¿cómo se van a llamar?
-Ares y Afrodita, ellos también eran hermanos.
Son unos nombres preciosos cariño
De repente su móvil recibió un mensaje: "Álex y Wisal están saliendo" Elena.
De sus ojos empezaron a brotar las lágrimas a borbotones y salió corriendo del establo.
Ahmad y José acababan de volver de su paseo cuando ella paso corriendo, su primo le preguntó que le pasaba pero José salió detrás de ella.
-¿Qué te pasa tulipán?-él se angustiaba mucho cuando la veía llorar.
-¿Por qué es todo tan injusto?- continuaba llorando. José buscó el foco del dolor de su amiga y lo encontró en su móvil.
-Tulipán, el mensaje te lo ha mandado Elena, ella siempre te está gastando bromas, como cuando te dijo que me iba del país y no era cierto. Espera que lleguemos y lo aclaramos todo vale.
-Vale- se limpió las lágrimas con un pañuelo y luego se rió de la cara tan cómica que había puesto José.
-Vamos, tu abuela nos llamó hace un rato, nos vamos de excursión.
Se montaron en el todoterreno de la abuela, viajaron por la carretera que seguía el Nilo hasta que empezaron a ver arena.
-Abuela, ¿vamos al Valle de los Reyes?- preguntó Yadira ilusionada
-¿Está lleno de tumbas de los faraones verdad?- dijo José con la cara de un niño con un juguete nuevo.
-En efecto vamos hacia allá y si están todos y cada uno de ellos. Hoy iremos a visitar la tumba de Rames II.

Durante dos semanas hicieron más viajes como estos, iban a El Cairo, daban paseos por la finca y visitaron todas las tumbas del Valle de los Reyes.
José se había hecho muy amigo de Ahmad, charlaba casi todas las tardes con la abuela de Yadira y se había ganado su respeto.
El día de su partida todos se despidieron con la promesa de volver al verano próximo, incluido José.
El viaje de vuelta se les pasó muy rápido, Yadira y su amigo tendrían toda una semana para contarles a sus amigos sus aventuras.

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