lunes, 27 de enero de 2014

Capítulo 1: La clase de Historia

- carlomagno tuvo tal poder que el dia de navidad del año 800 fue coronado emperador por el Papa en...- explicaba el sr. Gómez cuando las chicas llegaron a clase. - Buenos dias... sr. Gómez como lleva el dia- dijo Yadira con gesto culpable, mientras Lourdes se escondia tras ella. - Señoritas, es la tercera vez esta semana que llegan tarde, ¿no les parece lamentable? - ¡ Lo sentimos mucho profesor, no volverá a pasar!- dijo Lourdes muy avergonzada. - ¡ Sientensé señoritas!- gritó el Sr. Gómez. Las chicas se desplazaron con tal celeridad que la estela que dejaron no se había ido hasta unos segundos después de haberse sentado. - Otra vez tarde chicas, se está convirtiendo en costumbre- les dijo José, su compañero de pupitre. - Dejaló ya, José, no era nuestra intención llegar tarde, ha sido culpa de mi despertador- yadira simpatizaba mucho con ese chico, era alto con pelo negro aplastado, unos ojos verdes que atraían miradas y un cuerpo que Yadira visualizaba como el mismísimo David de Miguel Ángel. era capaz de pasar horas hablando y contándole sus problemas, él era capaz de resistir siempre a su lado y ayudarla con sus consejos, en definitiva era un gran amigo al que esperaba no perder nunca. - Tenemos que hablar, luego, tranquilos- le dijo él. - vale, en el descanso hablamos- contestó esperanzada ya que necesitaba a su amigo más que nunca. Tres minutos más tarde Yadira estaba inmersa en la clase. Contestó a las preguntas del profesor, pero su mente trabajaba a la par de la maquinaria de un reloj, no paraba de pensar que tendría que decirle su amigo. El profesor de historia salió un momento de clase y Wisal se acercó a su mesa para cotillear. -¿ Por qué habéis llegado tarde?- preguntó Wisal. -¡ Me quedé dormida! ¿vale?- expresó, casi gritando Yadira. - Ya, tranquila solo era una pregunta- la tranquilizó Wisal. - Chicas, tranquilízense, o tendré q hablar con la srta. Madroño sobre su comportamiento irregular- dijo José casi riéndose desde la otra punta de la clase. - Que pasa aqui señores- la srta. Aguirre, la profesora de lengua, apareció de repente en la puerta- donde esta su profeosr. - Ha ido a hacer fotocopias- José no paraba de reir. - Bien, cállense, y espérenlo aquí- les dijo. cuando volvió el profesor todos estaban tranquilos, realizando sus ejercicios, acción que le agradó mucho. media hora mas tarde los alumnos salían del aula comentando o tarde que llegaba últimamente a clase Yadira, no se lo explicaban ya que ella era una buena chica. José, sin embargo, fue directo hacia su compañera: - ¿Me concede el honor de parlamentar con usted unos instantes?- dijo él en plan gracioso. -Está siendo usted muy cortés estos días, qué querrá nos cuestionamos- contestó Yadira siguiéndole la broma. -Fuera coñas, tenemos que hablar, me lo as prometido hace una hora, ¿no te acuerdas? -Vamos guasón, hablemos pero si es mucho lo dejamos para el almuerzo. -No es mucho, tú tienes que contarme más estoy seguro-dijo muy serio. -Ahora soy yo quien te pide que te rias un poco- continuó Yadira. -Ven a esta sala- dijo señalando una puerta- aquí hablaremos mejor. Juan, Elena y Miguel observaban la escena desde el fondo del pasillo. Álex, un chico de último curso, hablaba con Wisal sobre una fiesta que iban a celebrar en su casa. Yadira estuvo unos minutos observando, hasta que José le cortó: -¡Ejem!, ¿me acompañas o vas a seguir babeando?- dijo con una actitud no muy complaciente ni abierta a replicas. -Si, por supuesto- reaccionó ella, echando un último vistazo a la imagen que dejaba atrás. -De acuerdo, que era tan importante para que me saques del pasillo casi a rastras- pregunta Yadira con gesto preocupado, muy poco habiual en ella. -Solo quería sacarte del embobamiento, no se que os pasa a las tias que veis a uno de último curso y se os borra el disco duro;"con lo sencillo que es mirar en tu mismo curso"- eto lo dice mas para si mismo que para ella- la que tiene que hablar, eres tú o eso me ha parecido durante la clase. -La verdad es que sí, recuerda que faltan solo tres días para que vaya a visitar a mi abuela, estoy que no estoy, pero durante las vacaciones voy a echar de menos esto, si al menos alguno se viniese conmigo... Me encantaría que mi abuela te conociera, siempre se ha preocupado por mi y saber que hay alguien que cumple esa funcion por ella la haría muy feliz. -Yo podría preguntarle a mis padres si me puedo ir contigo, siempre he querido viajar a El Cairo. -!Harías eso por mi?- ella se lanza a sus brazos dando por hecho que irían juntos a Egipto. A José la idea le entusiasma, dos semanas visitando todas las reliquias del mundo Egipcio junto a su amiga, si sus padres le dejaban ir serían sus mejores vacaciones de Semana Santa de su vida. -Me.. estás.. aplastando...- dice José con esfuerzo transcurrido un largo minuto. -Ups, lo siento, es que la idea me ha entusiasmado. -No te preocupes a mi también me ha ilusionado. -Gracias por estar siempre ahí José, eres el mejor amigo que he tenido nunca. -Anda, tulipán, no exageres, cuando encuentres a alguien te olvidarás de mi- dijo nostálgicamente. -No digas estupideces estaremos siempre juntos, vamos a hacer un pacto, no separarnos nunca,¡vale?- Yadira rebosa alegría y positivismo. -Claro que sí, tulipán- él quería creer a su amiga pero sabía que cuando conociese a alguien lo olvidaría, aunque no sabe que ese momento será antes de lo que imagina. la sonríe con una sonrisa radiante y ligeramente torcida, que sabe, es la favorita de su amiga. Estubieron sonriéndose hasta que sonó el timbre de la siguiente clase, corrieron juntos como niños hacia las taquillas y luego se despidieron con una risa.

introduccion: la mañana de yadira

- ¡Levántate de una vez!- dijo su madre a voz en grito. Eran las 6:30 de la mañana, iba a llegar tarde.
- Ya voy mamá, estoy saliendo de la ducha, no me atosigues.- dijo Yadira, una joven de apenas quince años con un pelo rojo marcado por unos rizos compactos, de ojos grandes de un ligero color avellana, una nariz perfilada, con un olluelo en la mejilla y una sonrisa incesante que contagiaba positividad.
Desayunó rápidamente un vaso de leche y salió de su casa como una bala hacia la casa de Lourdes una de sus amigas.
- ¿Otra vez el despertador?- adivinó su amiga al verla llegar a duras penas a la puerta de su casa.
- no es mi culpa, se que debería comprar otro pero me gusta demasiado, te prometo que mañana compro otro.- le replicó Yadira.
- Yo solo digo que por mucho que extrañes a tu abuela, comprenderá que compres otro despertador,¿cuánto llevas con él, siete años?- preguntó Lourdes con retintín.
- Ja, ja muy graciosa estás hoy, pero espera a que el sr. Gómez nos regañe por llegar tarde, dejemos la charla y vámonos a clase- cesó Yadira y comenzaron a andar hacia el instituto del que solo las separaban un par de minutos andando.